Introducción a los jeroglíficos

Este artículo fue realizado por Francisco López para su página La Tierra de los Faraones en abril de 1997, a partir de apuntes tomados de diferentes fuentes. Como consecuencia de los cambios en la ubicación de La Tierra de los Faraones fue apareciendo en distintas páginas, alguna de las cuales aún lo mantiene, a pesar de que no me une ninguna relación con los actuales propietarios de esas páginas.

La escritura, aunque con bases más o menos simples, era bastante compleja, por lo que saber leer y escribir estaba limitado a una minoría. No se trata de la existencia de una clase aparte, pero si es cierto que una pequeña minoría sabía leer o escribir. Los sacerdotes, los oficiales del ejercito, los funcionarios, los faraones y por supuesto los escribas podían hacerlo, mientras que muy poca gente del pueblo tenía acceso al aprendizaje. ‘Es un sistema complejo, una escritura a la vez enteramente figurada, simbólica y fonética, en un mismo texto, en una misma frase, en una misma palabra’ (Compendio del sistema jeroglífico, J.C. Champollion 1824). Pero la escritura era algo más que un método de comunicación. Como todo en Egipto, tenía además un sentido mágico y religioso. El nombre de una persona escrito en jeroglífico encarnaba su propia identidad. Por este motivo muchos de los cartuchos de reyes eran destrozados o borrados de los monumentos por faraones opuestos a sus ideas, pretendiendo que perdiesen el poder mágico que originalmente tenían.

Fases históricas de la escritura egipcia

Cualquier lenguaje sufre con los años cambios más o menos significativos y el egipcio se desarrolló a lo largo de más de 3000 años, por lo que, con más razón, debemos hacer una división cronológica. En algunos casos el lenguaje hablado se encontraba claramente diferenciado del escrito, y la evolución no fue la misma para uno que para otro. Los vamos a clasificar en seis períodos históricos:

Arcaico: Períodos Protodinástico y Tiníta.

Antiguo: Reino Antiguo.

Medio: Corresponde al lenguaje escrito del I Período Intermedio y el Reino Medio. Este período es considerado como el clásico y se mantuvo en literatura, textos religiosos e inscripciones monumentales hasta la llegada de los griegos.

Nuevo: Es el período en el que se produce una evolución del lenguaje hablado. Sin embargo en escritura se sigue empleando el egipcio medio (o clásico). En este período hay que hacer un paréntesis en la época de Amarna en la que se empleó el lenguaje hablado en los textos literarios, pero no en los religiosos que siguieron escribiéndose en clásico.

Demótico: Es una continuación del nuevo, que se mantuvo hasta bien entrada la época romana.

Copto: Es la última fase, y permaneció hasta el siglo III d.C. con la llegada del árabe.

Tipos de escritura

Cuando se habla de escritura egipcia siempre se piensa en los jeroglíficos, pero no existía un único tipo de escritura. A lo largo de la historia egipcia, se desarrollaron tres tipos:

Jeroglífica, usada en inscripciones de monumentos y decoración principalmente. Es el tipo de escritura más antiguo y complejo. Se empleó desde el 3100 a.C., fecha aproximada del primer papiro conocido y el 394 d.C. Era un tipo de escritura sagrada, llamada ‘escritura de la palabra de dios’, y como tal se empleaba en sarcófagos, tumbas, monumentos y esculturas. Se representaba con gran detalle. La palabra jeroglífico deriva del griego ‘ta hieroglyphica’ que significa ‘las letras talladas en piedra’ y se debe a la asociación de los jeroglíficos con las inscripciones monumentales. A pesar de que algunas personas, además de los escribas, la sabían leer y escribir, la escritura jeroglífica era la más desconocida y estaba reservada a muy pocos. Se escribía en cualquier sentido (excepto de abajo a arriba) y en líneas o columnas.

Hierática. Surgió como escritura abreviada de la jeroglífica cursiva. Lógicamente el sistema jeroglífico no era apropiado para escrituras rápidas y esto motivó el nacimiento de la escritura hierática, mucho más fluida y estilizada. Era más sencilla que la jeroglífica por lo que se podía emplear en textos religiosos y es la más utilizada sobre papiro. Era la escritura empleada por los escribas (que no estaban obligados a conocer la jeroglífica) y por los sacerdotes en copias literarias. El término proviene del griego ‘hieratika’, que significa sacerdotal. La escritura hierática puede siempre transcribirse en jeroglíficos, si bien el resultado no es el mismo que cuando se compone un texto originariamente en jeroglífica. La jeroglífica cursiva desapareció en torno al año 1000 a.C. mientras que la hierática se utilizó en textos religiosos hasta el fin de la civilización egipcia. También se empleaba en textos científicos y obras literarias. Era un tipo de escritura muy útil en papiros y óstracas. El texto se escribía en tinta negra con una caña afilada. La tinta roja se empleaba como remarcación de determinados apartados. A pesar de que la hierática temprana se escribía, como la jeroglífica, en líneas o columnas indistintamente, a partir de la XII Dinastía, los textos aparecen sólo en líneas y siempre de derecha a izquierda. Los textos más antiguos pertenecen a la V Dinastía. Durante el período romano todas las obras funerarias se escribían en hierático o en demótico. En el III Período Intermedio algunas inscripciones monumentales se realizaron en hierática, que ya entonces se había vuelto hacia la jeroglífica con trazados más redondeados. Esta evolución dio lugar a la escritura ‘hierática anormal’ empleada durante los siglos IX a VII a.C en la región de Tebas y al demótico del Bajo Egipto. Más tarde, con Psamético I, el ‘hierático anormal’, perdió importancia en favor del demótico que se convirtió en escritura oficial. Durante lo Ptolomeos se restringió su uso a textos religiosos, mientras que para los documentos se empleaba el demótico.

Demótica. El término demótico proviene del griego ‘demotika’ (popular) y estaba referido a los asuntos diarios. El término fue utilizado por primera vez por Heródoto. Representa una evolución de la lengua hablada, y es un estado intermedio entre el egipcio y el posterior copto. Es una forma abreviada de la hierática, de trazo rápido y sencillo, con mayores ligaduras en los signos y esquematizando los grupos con enlaces. En esta escritura es ya difícil reconocer los signos jeroglíficos originales. Se empleaba en asuntos cotidianos, transacciones comerciales, e incluso en algunas inscripciones en piedra, como la piedra de Roseta, donde se la denomina ‘escritura de los libros’. Su uso comenzó aproximadamente en torno a la XXVI Dinastía y se mantuvo hasta el siglo III d.C. Desde la época ptolemaica se empleó también en textos científicos y religiosos, convirtiéndose en la escritura oficial. Se utilizó en las regiones del norte desde el año 700 a.C y en todo el país desde el 600 a.C. aproximadamente. Se escribía en líneas de derecha a izquierda. El demótico se corresponde aproximadamente con la lengua hablada de los siglos VII y VI a.C. Realmente, aunque el demótico se sirvió del egipcio Nuevo y estaba basado en el hierático, los jeroglíficos son irreconocibles. Durante la época ptolemaica las escrituras fueron perdiendo importancia en favor del copto, palabra derivada del árabe ‘gubti’ que es, a su vez, una degeneración de la palabra griega para designar Egipto. El copto consiste en 24 letras del griego combinadas con 6 caracteres demóticos necesarios para incluir letras que no existen en griego. Sólo se empleó en el Egipto cristiano y cayó con el uso del árabe a partir del 640 d.C.

Tipos de signos

Cualquiera de las formas de escritura utilizaba básicamente dos tipos de signos:

Los ideogramas: que representan palabras enteras, generalmente con raíces de dos o tres consonantes. Cuando el ideograma representa la imagen de su propio objeto entonces se convierte en un pictograma. Los ideogramas pueden describir objetos o acciones, pero nunca conceptos abstractos que están representados por fonogramas.

Los fonogramas: son signos que dan lugar a sílabas. Un fonograma representa únicamente un sonido (conjunto de consonantes) sin relación con el objeto descrito. Por ejemplo, la palabra empleada para el término ‘hijo’ suena como ‘pato’ (Sa) y el símbolo empleado es el mismo en ambos casos. Los más comunes son los uniconsonánticos. Pero una escritura no puede constar sólo de pictogramas, pues requeriría demasiados símbolos. Los egipcios combinaron el lenguaje ideográfico con el fonético. Su origen se encuentra en la pictografía: el sol está representado por un disco, el buey por una imagen de buey. Pero este sistema aparentemente tan sencillo no permite interpretar más que ideas simples, más o menos numerosas, pero siempre materiales, por lo que el uso del signo se extendió a nociones más amplias, p.e. el disco solar se empleaba para representar el día (como ideograma) y en un ámbito más amplio para determinar nociones relacionadas con el tiempo en su función de determinativo.

Las vocales no existían de manera que el jeroglífico sólo transcribe el esqueleto consonántico de la palabra. Los símbolos pueden ser unilíteros, bilíteros, trilíteros e incluso cuatrilíteros. El primer caso nos lleva a lo que conocemos como alfabeto, pero hay que tener en cuenta que en el Antiguo Egipto no existía un alfabeto tal y como lo entendemos hoy.

Cuando se intenta leer un texto jeroglífico es normal que se produzcan confusiones, que no errores, en la traducción, debido a los signos polífonos, que pueden leerse de formas diferentes, y los homófonos, que se pronuncian igual. Además a las palabras, entendidas como signos, se les añaden complementos fonéticos, que precisan la pronunciación, o determinativos, que caracterizan el sentido.

Orientación de la escritura

Los jeroglíficos pueden leerse de izquierda a derecha o de derecha a izquierda. Además los textos pueden estar compuestos en líneas o en columnas, en cuyo caso la lectura es de arriba abajo siempre. El sentido esta determinado por la orientación de los signos, que siempre miran hacia el inicio de la frase. Pero un texto puede estar escrito una vez de derecha a izquierda y otra de izquierda a derecha. El sistema tradicional era en columnas, aunque más tarde se evolucionó hacia la escritura en líneas. El texto es continuo, sin ningún tipo de signo de puntuación ni espacios separadores entre palabras. Al ser un sistema pictórico, era lógico que se intentase homogeneizar lo más posible el texto, por lo que se dividía en cuadrados de manera que los signos quedasen ordenados de la manera más estética posible, y es el conjunto lo que le da sentido al texto y no la transliteración secuencial. Por ejemplo, la palabra ‘bello’ se podría escribir como

jeroglificos-01

pero nunca se verá escrito secuencialmente jeroglificos-02

El orden de los signos estaba también motivado por cuestiones religiosas y políticas, en lo que se denomina anteposición honorífica, de modo que, por ejemplo, la frase ‘Amado por Horus, Toro Poderoso’ normalmente se escribiría como ‘Horus Toro poderoso amado por’. La traducción secuencial de la palabra palacio es ‘rey casa de’ y la de príncipe ‘rey hijo de’. Cuando se mezclaban dioses y reyes el tema se complicaba, pero por lo general se escribía antes el nombre del dios.

Notas sobre pronunciación

El texto siempre muestra un ‘esqueleto consonántico’ sin vocales, por lo que existen una normas de transcripción que facilitan la pronunciación en cada idioma, si bien en español no existe consenso sobre este tema y cualquier intento de unificación está llamado al fracaso. Por una parte, los signos se convierten a nuestro propio alfabeto y por otra se emplean algunas reglas que permitan la lectura. Por ejemplo se utilizan ciertas consonantes como si fuesen vocales y entre consonantes se añaden las letras ‘o’ o ‘e’. Si tomamos el signo utilizado para describir ‘bello, bueno’ la transcripción nos lleva a ‘nfr’, que se nos hace impronunciable, por lo que, como norma general, se le añade la letra ‘e’, obteniendo el término ‘nefer’, si bien algunos autores emplean transcripciones extranjeras como nofre. Sin embargo si consideramos htp podremos encontrar diferentes versiones, hetep, hotep, …

Francisco López

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