La Cosmogonía y la Enéada Heliopolitana – La enéada como unidad diversificada

El término empleado por los griegos para designar al conjunto de deidades agrupadas en las cosmogonías es el de “Ennea”. Aunque su transcripción deba entenderse como la reunión de nueve seres o cosas diferentes y por lo tanto debiera emplearse solamente para los dioses de Heliópolis el vocablo, que hoy ha derivado en Enéada, sirvió para designar agrupaciones de más o menos divinidades.

Para los antiguos egipcios esta congregación religiosa se llamó “Pesdyet”  lo que indicaba simplemente un concepto único, es decir, un número de deidades reunidas y fundidas en Atum (en Heliópolis), sin hacer alusión a los dioses que la componen, con una particularidad: el concepto era considerado con personalidad propia y personalizado en conjunto mediante una deidad femenina en sí misma, como se desprende de la lectura de algunos pasajes de los “Textos de las Pirámides” y de los “Textos de los Sarcófagos”.(1) Concretamente, en el primer caso, se refiere a ésta bajo los siguientes aspectos, según el aspecto a resaltar:

a) Como concepto dual femenino tomado en conjunto, mencionándolas como “las dos Enéadas”.

b) Especificando el nombre de cada una de ellas, es decir, la Pequeña (nombrada sólo una vez § 178) y la Gran Enéada.

c) Mencionando simplemente el término Enéada.

d) Indicando una Enéada de siete divinidades

El alto sentido simbólico de la Enéada, en cuanto a grupo de nueve divinidades, se debe a que este sirve para expresar el plural de plurales que en este caso está referido a los dioses. Es decir, es en sí misma la suma de esta pluralidad (representada por el 3), tres veces en sí misma, la última expresión de ésta. Muchos son los ejemplos que podemos aplicar a esta fórmula, pero para ayudar a la comprensión de este concepto vamos a ver algunas de las ocasiones donde el 3 queda registrado como número alegórico:

a) El símbolo jeroglífico | | | , para representar el plural.

b) Tres veces un mismo ideograma es otra de las formas para escribir el plural.

c) “Dioses” se escribe mediante la repetición del ideograma “neter” 

d) Los componentes de la tríada canónica.

e) Las formas del dios creador Ra (imagen 6-1), (Jepri, Ra y Atum) en Heliópolis.

Imagen 6-1. Dios Ra sobre su barca, surcando el cielo. Tumba de Senedyem. Deir el-Medina. Tebas Oeste.

Imagen 6-1. Dios Ra sobre su barca, surcando el cielo.
Tumba de Senedyem. Deir el-Medina. Tebas Oeste.

f) Las parejas responsables de la creación en Hermópolis, entendiendo como tales, las tres que permanecen fijas a lo largo de la historia, y habiendo que añadir una cuarta variable, formada por Nia y Niat, Tenen y Tenenet o Amón y Amonet indistintamente. Estos ocho personajes provocan el nacimiento del sol, que podría incluirse como un noveno elemento, múltiplo del número 3.

g) Los elementos que entraron en acción para que el dios creador Ptah de Menfis pudiera comenzar la creación (los labios, los dientes y el corazón).

h) Las divinidades sincretizadas en muchos casos para subrayar el poder y la preponderancia de un dios (ej: Ptah-Sokar-Osiris).

i) Los teólogos de Tebas inmortalizan en el himno de Leiden a Amón, Ra y Ptah, dioses que consideran aspectos de unidad divina (Amón es el nombre oculto, Ra la cara de la deidad y Ptah su cuerpo)

j) Sia, Hu y Heka, son las fuerzas más antiguas que auxilian y protegen a Ra en el acto de Creación

k) En la iconografía, las formas de representar a las almas de los antepasados reales (almas de Pe y Nején) es mediante las figuras de tres halcones y tres chacales antropomorfos.

De este modo, podríamos seguir con una lista casi interminable de conceptos donde el número 3 aparece como símbolo mágico e imprescindible.

Con la misma estructura encontramos el 9 como múltiplo del 3, (el número de los componentes de la Enéada de Heliópolis), la sublimación de la metáfora a la que habría que añadirle un nuevo sentido: la cifra más pequeña posible antes del comienzo de un nuevo ciclo, representado por el 10, … etc.


1.- Sobre esta cuestión consultar: Barquet, Paul.  Textes des Sarcophages Egyptiens du Moyen Empire.  Paris 1986.  Fórmula, 75-80.  En este caso los componentes de la Enéada forman parte indisoluble del dios Atum.
Otra idea a tratar es la Enéada como elemento para establecer una genealogía del rey unido a la divinidad.  Sobre este tema conviene consultar: Anthes, Rudolf: Egyptian Theology in the Third Millennium B. C.,  JNES 18 (1959) pp. 169-212.

 

Los comentarios están cerrados.