Francisco López – febrero de 2003
Desde la V dinastía el culto solar había crecido bajo las teorías de la cosmogonía heliopolitana que consideraba a Ra demiurgo y dios supremo. A lo largo de la XVIII dinastía se produjo una fusión de Ra con el dios local de Tebas, Amón, dando lugar a una nueva manifestación solar bajo la forma de Amón-Ra. El poder de los sacerdotes tebanos y del Gran Templo de Amón en Karnak fue creciendo y, quizás para frenarlo, Amenhotep III comenzó la consolidación, durante su reinado, de la adoración al disco Atón. Ya en la estela de Suti y Hor (BM 826) se vislumbran los primeros pasajes de un culto que poco después desembocaría en la revolución religiosa, además de cultural, que llevó a cabo su sucesor Amenhotep IV, quien en el año seis de su reinado tomó el nombre de Ajenatón e instauró el culto oficial al Atón como padre de todas las criaturas, prohibiendo el culto a Amón. El pueblo pudo seguir venerando a sus dioses, pero la que hasta entonces había sido religión oficial, quedó aniquilada por el rey y los seguidores de las teorías del disco solar.
En los dos himnos dedicados expresamente a Atón, el Pequeño y el Gran Himno a Atón, se observan muchas similitudes con la teología de Heliópolis y por supuesto con su dios Ra, pero toda referencia a Amón o a las ideas tebanas desaparecen drásticamente de los textos.
Ajenatón se autodeclaró sacerdote de Atón y, supuestamente, escribió el himno a Atón como creador del Mundo y responsable del orden y la vida tanto en Egipto como en las tierras extranjeras. Ciertos pasajes del himno tienen gran parecido con el salmo 104 del Libro de los Salmos del Antiguo Testamento, posiblemente por las influencias egipcias en la propia religión cristiana. El himno aparece grabado en trece columnas del muro oeste de la tumba de Ay en Amarna. Esta copia es la que se ha denominado ‘Gran Himno a Atón’, mientras las representaciones en otras cinco tumbas de Amarna configuran ‘El Pequeño Himno a Atón’.
Este himno, conocido como Pequeño Himno a Atón, está representado en las tumbas de Any – secretario real- (TA23), Merira – Sumo sacerdote – (TA4), Apy – Administrador – (TA10), Tutu – Chambelán – (TA8) y Mahu – Jefe de la guardia – (TA9). La diferencia entre las distintas versiones es que en las dos primeras eran los adoradores quienes llevaban a cabo la oración, mientras que en las otras tres era dirigida por el rey. Se ha tomado como base la versión de la tumba de Apy.
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Dioses y conceptos relacionados con divinidades que aparecen en el relato: Ra, Horajti, Shu, Aton, Maat.
Abreviaturas:
Literature II: Lichteim, Miriam. Ancient Egyptian Literature, Vol. II, The New Kingdom. Berkeley-Los Angeles-London, University of California Press, 1976
Traducción(1)
Adoración de Ra-Horajti, que se regocija en el horizonte, en su nombre de Shu que es Atón, que da la vida eternamente, por el Rey que vive por Maat, el Señor de las Dos Tierras, Neferjeperura UaenRa,(2) Hijo de Ra que vive por Maat, el Señor de las Coronas, Ajenatón, de vida duradera, ¡qué viva por siempre!(3)
¡Oh Atón viviente, eterno Señor, apareces resplandeciente!
Eres radiante, perfecto, poderoso,
Grande es tu amor, inmenso.
Tus rayos iluminan todos los rostros,
Tu brillo da vida a los corazones,
cuando llenas las Dos Tierras con tu amor.
Venerable Dios, autocreado,
Tú creaste todas las tierras y todo lo que en ellas existe,
A los hombres, el ganado y los rebaños,
Todos los árboles que crecen de la tierra;
Viven cuando amaneces por ellos.
Eres madre y padre de cuanto has creado.
Cuando apareces sus ojos te contemplan,
Tus rayos iluminan toda la Tierra.
Todos los corazones aclaman tu presencia,
Cuando te elevas como su señor.
Cuando te ocultas en el horizonte occidental del cielo,
Se postran como si muriesen,
Con sus cabezas cubiertas,(4) su respiración cesa,
Hasta que de nuevo te elevas en el horizonte oriental del cielo,
y sus brazos aclaman tu ka,
Cuando nutres sus corazones con tu perfección.
Cuando lanzas tus rayos surge la vida
y todas las tierras lo festejan.
Cantantes y músicos gritan de alegría,
En el patio de la capilla benben(5)
Y en todos los templos de Ajetatón,(6)
El lugar de la verdad en el que te regocijas.
Se ofrecen los alimentos en sus centros
Tu sagrado hijo pronuncia tus oraciones,
¡Oh Atón que vive en sus apariciones!
Todas las criaturas saltan ante ti.
Tu venerable hijo exulta alegría.
¡Oh Atón, que vive diariamente con plenitud en el cielo!
Tu descendencia, tu venerable hijo, El Único de Ra.
El Hijo de Ra no deja de ensalzar su perfección,
Neferjeperura Uaenra.
Soy yo, tu hijo, quien te sirve y quien exalta tu nombre.
Tu poder, tu fuerza están firmes en mi corazón,
Eres el Atón viviente cuya imagen perdura,
Has creado el cielo lejano para brillar en él,
Para observar todas tus creaciones.
Eres El Único y en ti hay un millón de vidas.
Das el aliento de vida en sus narices para hacerlas vivir.
Gracias a la vista de tus rayos existen todas las flores,
Todo lo que vive y brota del suelo crece cuando tú brillas.
Los rebaños pacen abrevando de tu vista,(7)
Los pájaros en el nido vuelan con alegría,
Y despliegan sus alas plegadas en señal de adoración.
¡Oh Atón viviente, su creador
Notas
(1) En la traducción se ha seguido la publicada por Miriam Lichteim en Ancient Egyptian Literature, Vol. II, The New Kingdom. Berkeley-Los Angeles-London, University of California Press, 1976, pp 90-92. Los textos pueden encontrarse en: Sandman, Maj Texts from the Time of Akhenaten. Bibliotheca Aegyptiaca,8. Brussels, 1938 (pp 10-15) y Davies, Norman de Garis, The Rock tombs of El Amarna, IV. Egypt Exploration Fund, N°16 (1906), pp 26-29 y pl. XXXII-XXXIII.
(2) Nombre de coronación de Ajenatón. ‘Perfectas son las manifestaciones de Ra, El Único que pertenece a Ra’.
(3) El himno originalmente se compuso para ser recitado por el rey, y de aquí esta introducción. En la parte final del himno el rey habla en primera persona. En las tumbas de Any y Meryra el himno fue adaptado al uso de los cortesanos, y el escriba de Meryra fue consecuente con esto, omitiendo la parte final; sin embargo el escriba de Any la mantuvo. Literature II p.92, n. 1.
(4) Para cubrirse del frío nocturno. La misma frase aparece en el Gran Himno a Atón de la tumba de Ay en Amarna.
(5) Benben era la colina primigenia de la que surgió el mundo según la cosmogonía heliopolitana. En este caso se trata posiblemente de un santuario en Ajetatón.
(6) ‘El Horizonte de Atón’, la capital de Egipto durante el reinado de Ajenatón. Actual Tell el-Amarna.
(7) Aquí finaliza la versión de la tumba de Apy. El resto pertenece al texto de Tutu.
Bibliografía
- Lichteim, Miriam. Ancient Egyptian Literature, Vol. II, The New Kingdom. Berkeley-Los Angeles-London, University of California Press, 1976.
- Scharff, A., Aegyptische Sonnenlieder. Berlín 1922.
- Sandman, Maj, Texts from the Time of Akhenaten. Bibliotheca Aegyptiaca,8. Brussels, 1938 (pp 10-15) y Davies, Norman de Garis, The Rock tombs of El Amarna, IV. Egypt Exploration Fund, N°16 (1906)